martes, 5 de mayo de 2015

Hoy, en el periódico "EL MUNDO"

Luis María Anson ha escrito en El Mundo este artículo sobre MagicROOM:




Inés, la maga, Mariano, el iluso

Lo más 'in' en Madrid hoy es acudir a una sesión de Inés la Maga. Me dejó asombrado la capacidad de esta mujer para el ilusionismo, el hechizo y la alucinación. Inés la Maga es una mujer muy inteligente que ha triunfado en todo el mundo, con éxitos espectaculares en Estados Unidos, Corea, Suecia, China... Se jugó la vida a lo Houdini, escapándose de cepos especialmente seguros. Ha triunfado en televisión. Ha encandilado a los públicos más diversos. Es buena gente, simpática, cordial en el trato. Tiene luz en la frente y algunos pájaros locos entre los dedos. Le sopla un viento de ayer sobre los ojos y recuerda a Circe cuando encantó a Ulises.
Así es que acudí a contemplar el MagicRoom de Inés en el hotel Petit Palace. Salí deslumbrado. Julio Caro Baroja creía que la magia precedió a la religión. Los conjuros en Babilonia iban más allá de la brujería. Los chamanes anticiparon los ritos yoruba cristianos de la santería o el vudú en Cuba y Haití. En el año 429, la Iglesia cristiana condenó la magia. A no pocas magas las acusaron de brujería y, conforme al código Teodosiano, las sacrificaron en la plaza pública, quemándolas en las hogueras de la intolerancia. Inés la Maga, Inés Molina, nos dio una lección de magia sin un fallo ni una vacilación, realizando todos los trucos con absoluta limpieza. Me asombró.
Entre los espectadores estaba el actor Miguel Ángel Muñoz, tan querido por las adolescentes. Inés lo lidió con ambas manos y cuando el actor la desafió a que hiciera aparecer a Verónica Sánchez, la maga sopló sobre las cartas, gesticuló a lo Harry Potter, levantó una cortina de humo y allí se apareció la gentil actriz. Yo por lo menos la pude contemplar; los demás, no sé.
Rajoy debería llamar a Inés y que hiciera desaparecer a Rodrigo Rato -me dijo un destacado dirigente del PP que asistía a la sesión y que tiene la coña fresca y marinera.
- Más le valdría al presidente que la maga hiciera aparecer a José María Aznar, que es por lo que claman las bases del partido -añadió su acompañante.
Por lo que me cuenta mi quinta columna en Moncloa, el presidente está convencido de que hará un papel sobresaliente en las elecciones autonómicas y municipales y que luego ganará las generales. O es un iluso o tiene una información de la que carecen sus rivales. O tal vez se encuentra todavía bajo el conjuro de Pedro Arriola, su gurú particular, hombre muy seguro en sus errores, al que encanta visitar en Nikko el altar de los tres monos que propugnan no ver nada, no oír nada, no decir nada, para alcanzar el cenit de la felicidad.
A algunos políticos del PP, en fin, les encanta asistir a las sesiones de la maga. Piensan que Inés sería capaz de que aparezcan votos populares hasta en las urnas de Alicia Sánchez-Camacho. De no creer lo que hace la maga. A mí me escribió en una pizarra sujeta entre mis manos, y a varios metros de distancia, un verso de Jorge Luis Borges y luego otro de Pablo Neruda. Un prodigio de habilidad y, también, de buen gusto literario. Me tuve que ir de la sesión mágica porque había quedado en el Teatro Real para escuchar a Leo Nucci, el barítono de La Traviata. Y allí me fui, seguro de no encontrarme con Mariano Rajoy, pues ni siquiera Inés la Maga sería capaz de hacer aparecer al presidente en un teatro. 
*Luis María Anson, de la Real Academia Española.

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